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miércoles, 13 de mayo de 2015

Juego Perverso

Los tiempos electorales en México cada vez se ponen más calientitos. Pero no por la contienda electoral, que esa sigue igual de sosa y hueca, pues así son las propuestas de los partidos y sus candidatos, las mismas cosas de hace décadas, sino por el ambiente que le quiere imprimir el crimen organizado. Los ataques que hubo en Jalisco hace unos días, donde por primera vez en México aceptado de manera oficial, fue derribado un helicóptero tipo Cougar por un lanza-cohetes desde tierra. Aunque se ha hablado sobre que algunos accidentes aéreos sucedidos a funcionarios del gobierno de Felipe Calderón, fueron ataques, esto nunca ha sido confirmado, pero esta vez el gobierno, ante las evidencias, no tuvo más que aceptar que una de las unidades del Ejército había sido atacada por un arma de alta tecnología.

Sabemos que el Operativo Rápido y Furioso perpetrado por el gobierno norteamericano para introducir armas a México fue descubierto a raíz de la investigación que se hizo sobre unas armas, rastreando el origen de sus números de serie, hasta que finalmente no le quedó de otra al presidente Barack Obama que aceptar que sus funcionarios de la DEA  (Drug Enforcement Agency), la agencia especializada en el combate al narcotráfico, habían introducido armas a México de manera clandestina y que él desconocía dicha situación. Lo cual obviamente lo dejó en entredicho. Felipe Calderón primero declaró que no tenía conocimiento de dicha situación, aunque posteriormente se fueron filtrando notas que hacían ver que el gobierno mexicano, Calderón y el Procurador Medina Mora, sabían de dicho operativo.

Pues bien, el tráfico de armas a México desde el norte del Río Bravo y también al sur del Río Suchiate ha sido una constante que el gobierno mexicano no ha podido o no ha querido interrumpir y ahora se han visto las consecuencias. El mismo Peña Nieto ha declarado que el narcotráfico en México muchas veces está mejor armado que el Ejército y la Marina mexicanos, lo cual obviamente es una aceptación de la inferioridad del gobierno mexicano ante el crimen organizado. Aunque situación podría no ser necesariamente fortuita, si como por ejemplo, en el caso del Rápido y Furioso, que el mismo procurador tenía conocimiento de la introducción de las armas y lo permitió, entonces cabe la duda de si nuestro gobierno acepta que ciertos cárteles estén bien armados o no. Las fallas en el Operativo Rápido y Furioso, en el que supuestamente la introducción de las armas era para después rastrearlas y ver hacia que cárteles llegaban (por lo menos eso fue lo que pretextaron los funcionarios norteamericanos), y que resultó todo un fiasco, pues con esas mismas armas asesinaron a agentes norteamericanos y ahí fue donde explotó el asunto.

Todo esto sólo muestra que efectivamente, el narco en México está muy bien armado, ya sea por agenciarse armas introducidas clandestinamente al país por el gobierno norteamericano o ya sea por allegarse de las mismas a través de otras fuentes, como grupos criminales ubicados en América Central, y que principalmente trafican armas de origen ruso. La presencia de los Zetas en Guatemala es ya una constante a la que el gobierno de ese país se enfrenta. Las zonas fronterizas de México, como es la norte y la sur, son terrenos propicios para todo este contrabando, y el gobierno mexicano, como en muchos otros renglones, está inerte, de manera intencional o no.


Sin duda, el ataque a la aeronave del Ejército en Jalisco, en la que viajaban tanto militares como policías federales, se convierte en una advertencia, tanto para el gobierno como para las fuerzas armadas, o se aplican o el narcotráfico seguirá llevándoles la ventaja. Desgraciadamente al momento ya son ocho las víctimas mortales de este ataque. Soldados, marinos y policías se convierten en “carne de cañón” de este juego perverso entre las autoridades y el narco, por eso la pregunta es: ¿Hasta que grado el gobierno mexicano está implicado en el suministro de armas a los cárteles?.

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PORQUÉ EL PRESIDENTE Y LOS LEGISLADORES NO DEBEN INTERVENIR EN EL TEMA DE LA REELECCIÓN CONSECUTIVA

Cuando escribimos este artículo, a mediados del 2010, nadie en México había cuestionado el papel legislador del Presidente o del Congreso, por lo que nuestras palabras causaron ámpula entre la clase política y hasta fueron tildadas de aberración. Hoy, octubre 2011, nos enteramos que Dennis Thompson, politólogo de la Universidad de Harvard, coincide con nuestro punto y en un escrito reciente también establece que hay temas donde los Legisladores y el Presidente deberían excusarse de legislar, ya que se convierten en juez y parte y que temas como la Reelección deben ser legislados por grupos conformados por académicos, activistas y otros. Una vez hecho este comentario, a continuación queda el escrito tal cual.

Los Legisladores y el Presidente de la República son los menos indicados para discutir la Reelección y mucho menos proponerla, dado que hay un claro conflicto de intereses que radica en que ellos están decidiendo sobre su propia permanencia en el puesto público y a los ciudadanos sólo nos dejan una mínima forma de controlarlos que es a través del voto, pues no incluyen la revocación de mandato que sería el antídoto natural ante un mal servidor público.

En este caso lo que ellos están haciendo es igual a que un empleado o un trabajador fuera el que decidiera cuantos años va a durar su contrato en la empresa, es decir, que el mismo se autocalificara y no fuera el patrón, quien es el verdaderamente indicado para calificar su trabajo.

Regresando al voto, es un instrumento que no ha llegado a ser una herramienta confiable en México, pues los procesos electorales se deciden por muchos factores que no son los indicados, como recursos excesivos que se invierten en las campañas, usufructuar electoralmente la pobreza de la población dándoles dádivas y regalos, desconocimiento y desinformación popular sobre los candidatos y su historial, medios de comunicación que favorecen candidatos o partidos políticos a cambio de favores, etc.

En el ámbito de la administación pública es la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos y en el ámbito jurisdiccional es la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del DF, las que establecen claramente la prohibición de que servidores públicos con obvios intereses en un asunto deban excusarse y abstenerse de participar en él, ya que son susceptibles de que sus decisiones se vean influenciadas por dichos intereses, careciendo de imparcialidad, de estricto sentido de justicia y sin ver para el bien de las partes o de la sociedad.

Los ciudadanos somos los que debemos decir que asuntos se deben tocar en el Congreso y cuales no. La Reelección no ha sido un reclamo popular, entonces porque Felipe Calderón sin consensarlo públicamente, decide de manera unilateral presentar la iniciativa de ley ante el Congreso, haciendo a un lado a la población, que es a la que debe servir.

En este caso, como en muchos otros, los políticos mexicanos nos ponen a bailar a su ritmo, siendo que hay otros asuntos que sí son prioritarios y que sí han sido reclamados constantemente por la sociedad.

La Reelección la puso en la agenda el Presidente de la República como dicen en mi pueblo, "por sus pistolas".