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miércoles, 6 de julio de 2011

Elba Esther Gordillo y el SNTE

‎"Elba Esther Gordillo controla un presupuesto que hasta ahora ha sido un secreto de Estado (el SNTE nunca ha dado a conocer sus estados financieros), pero funcionarios del gobierno y académicos que han investigado el tema afirman que podría alcanzar la cifra estratosférica de 4,700 millones de dólares anuales, incluyendo todos los apoyos económicos del gobierno federal y los gobiernos estatales, y a los propios negocios del sindicato, que maneja hoteles y centros de convenciones en todo el país. El presupuesto del SNTE sirve, entre otras cosas, para pagar un ejército de hasta 10,000 funcionarios sindicales que figuran en la nómina estatal como maestros, pero que según exfuncionarios de la SEP jamás pisan un aula y constituyen una poderosa fuerza de movilización política. Según los medios mexicanos, la "maestra" pasa la mayor parte del año en su mansión de San Diego, Ca., valorada en más de 4 millones de dólares, viaja en un Lear Jet matrícula XB-DZT con capacidad para seis pasajeros más tripulación o, para otros viajes cortos, en su helicóptero particular, y posee una fortuna inmobiliaria que en zonas residenciales del DF alcanza los 6.5 millones de dólares, según publicó el diario REFORMA...tiene su propio partido político, con 12 diputados y 2 senadores propios y más de una docena de legisladores aliados de diversos partidos, además de gobernadores y funcionarios en puestos clave del gobierno...": BASTA DE HISTORIAS de Andrés Oppenheimer, Ed. Random House Mondadori, México, 2011

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PORQUÉ EL PRESIDENTE Y LOS LEGISLADORES NO DEBEN INTERVENIR EN EL TEMA DE LA REELECCIÓN CONSECUTIVA

Cuando escribimos este artículo, a mediados del 2010, nadie en México había cuestionado el papel legislador del Presidente o del Congreso, por lo que nuestras palabras causaron ámpula entre la clase política y hasta fueron tildadas de aberración. Hoy, octubre 2011, nos enteramos que Dennis Thompson, politólogo de la Universidad de Harvard, coincide con nuestro punto y en un escrito reciente también establece que hay temas donde los Legisladores y el Presidente deberían excusarse de legislar, ya que se convierten en juez y parte y que temas como la Reelección deben ser legislados por grupos conformados por académicos, activistas y otros. Una vez hecho este comentario, a continuación queda el escrito tal cual.

Los Legisladores y el Presidente de la República son los menos indicados para discutir la Reelección y mucho menos proponerla, dado que hay un claro conflicto de intereses que radica en que ellos están decidiendo sobre su propia permanencia en el puesto público y a los ciudadanos sólo nos dejan una mínima forma de controlarlos que es a través del voto, pues no incluyen la revocación de mandato que sería el antídoto natural ante un mal servidor público.

En este caso lo que ellos están haciendo es igual a que un empleado o un trabajador fuera el que decidiera cuantos años va a durar su contrato en la empresa, es decir, que el mismo se autocalificara y no fuera el patrón, quien es el verdaderamente indicado para calificar su trabajo.

Regresando al voto, es un instrumento que no ha llegado a ser una herramienta confiable en México, pues los procesos electorales se deciden por muchos factores que no son los indicados, como recursos excesivos que se invierten en las campañas, usufructuar electoralmente la pobreza de la población dándoles dádivas y regalos, desconocimiento y desinformación popular sobre los candidatos y su historial, medios de comunicación que favorecen candidatos o partidos políticos a cambio de favores, etc.

En el ámbito de la administación pública es la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Públicos y en el ámbito jurisdiccional es la Ley Orgánica del Tribunal Superior de Justicia del DF, las que establecen claramente la prohibición de que servidores públicos con obvios intereses en un asunto deban excusarse y abstenerse de participar en él, ya que son susceptibles de que sus decisiones se vean influenciadas por dichos intereses, careciendo de imparcialidad, de estricto sentido de justicia y sin ver para el bien de las partes o de la sociedad.

Los ciudadanos somos los que debemos decir que asuntos se deben tocar en el Congreso y cuales no. La Reelección no ha sido un reclamo popular, entonces porque Felipe Calderón sin consensarlo públicamente, decide de manera unilateral presentar la iniciativa de ley ante el Congreso, haciendo a un lado a la población, que es a la que debe servir.

En este caso, como en muchos otros, los políticos mexicanos nos ponen a bailar a su ritmo, siendo que hay otros asuntos que sí son prioritarios y que sí han sido reclamados constantemente por la sociedad.

La Reelección la puso en la agenda el Presidente de la República como dicen en mi pueblo, "por sus pistolas".